017.- La ayuda americana (Queso y Leche)

SAN FERNANDO – Colegio «LA SALLE»

La ayuda americana (Queso y Leche)

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Francisco Franco junto a Eisenhower, en la visita que este último hizo a España en 1959.

La cosa comenzó a mejorar en 1953 cuando el 20 de enero Dwight D. Eisenhower fue investido como 34º presidente de los Estados Unidos, teniendo como vicepresidente a Richard Nixon. La política exterior de Eisenhower estuvo fuertemente marcada por el secretario de Estado John Foster Dulles (hasta 1959).

La visita a España del presidente norteamericano Eisenhower y el célebre abrazo con Franco en 1959, dando con ello un respaldo al Régimen que, al mismo tiempo, produjo el efecto dominó del regreso de los embajadores europeos que habían abandonado nuestro país en 1948, dejándonos aislados de Europa y a lo que el Caudillo llamó «confabulación judeo-masónica». Eisenhower y Franco llegaron al acuerdo de la instalación de bases militares (conjuntas, se decía) en nuestro suelo a cambio de remediar en lo posible nuestras muchas carencias.

Con anterioridad a 1953 vino a España el presidente argentino Juan Domingo Perón acompañado de su esposa Evita, una visita que alivió en algo la penuria española al anunciar (y cumplir) enviarnos trigo en abundancia y que ya nos permitió comer pan verdadero aunque fuera racionado. Hago este inciso antes de meterme de lleno en el final de lo que el título de este relato anuncia.

La ayuda alimenticia norteamericana que de modo más visible y real pudo percibir el pueblo llano, humilde y pobre, fue la leche en polvo, la mantequilla y el queso, productos éstos vedados durante muchos años entre las capas sociales más necesitadas. Aquello de la leche pulverizada era una rareza para muchos y un descubrimiento para casi todos que, al principio, tomamos con cierta desconfianza. En nuestra ignorancia, no podíamos concebir que un líquido se transformase en polvo, pero lo cierto y verdad es que al diluirlo en agua tomaba la blancura de la leche, algo de su espesor y un sabor aproximado a la que salía del ordeñe de las vacas o las cabras. Con la mantequilla no había duda, con el queso tampoco, dado su consistencia y efecto inmediato en el paladar sin más condición que el de morderlo y masticarlo, si bien nos extrañaba el color amarillento y su blandura pastosa aunque agradable, parecida a la del queso de bola. Tengo que explicar a las generaciones posteriores que el conocimiento de la mía sobre el queso de bola fue mucho después a la del queso americano; de modo que la comparación que hago ahora no la podíamos hacer entonces; de ahí la extrañeza.

Del reparto de la leche, mantequilla y queso. Más que un reparto directo y personalizado y tal vez con el fin de hacerlo más rápido, fácil y equitativo, se hacía en los Colegios Nacionales, Auxilio Social, Hospital de Caridad y algunas otras instituciones benéficas.

Y así, si bien España quedó totalmente al margen del Plan Marshall con el que los Estados Unidos de América colaboraron en la reconstrucción de una Europa destrozada por la guerra, la ayuda americana llegó también a nuestro país vestida de tratados de alianza básicamente militares y de defensa que se firmaron en 1953. Con la diferencia de que, mientras para Europa la ayuda tenía mucho de altruista y era casi gratuita, España tuvo que pagarla, muy cara y durante muchos años, a base de ceder terrenos para bases militares y otras concesiones.

En cualquier caso, junto a la ayuda de carácter militar vino también ayuda humanitaria, entre la que se encontraban la leche y el queso que fueron repartidos en los colegios, al menos en los colegios públicos, entonces llamados «Colegios Nacionales», desde 1955 a 1963, aproximadamente.

Conviene tener en cuenta que los niveles alimenticios que España tenía en 1935, es decir, un año antes de la Guerra Civil, no volvieron a alcanzarse hasta la segunda mitad de los años 50, por lo que es muy probable que la leche en polvo americana contribuyera a redondear el número de calorías que necesitaban muchos niños de la época. Afortunadamente, no era éste mi caso ni, que recuerde, el de ninguno de mis compañeros de clase, pero es evidente que había niños en barrios y en zonas mucho más pobres y deprimidas que la nuestra.

Recuerdo que aquella leche tenía un sabor un poco raro. Nos la servían templada, en clase, a las cuatro o cuatro y media de la tarde y en invierno no caía mal. Yo llevaba una bolsita de tela en la que mi madre me ponía un vaso de aluminio –con los años fue de plástico– una papelina con una cucharada de azúcar y una de cola-cao para que lo echara en la leche y una cucharilla para agitarlo todo. Había días en que se podía repetir… este segundo vaso, obviamente, a la brava, sin cola-cao ni azúcar. No era obligatorio beberse la leche, pero éramos críos, nos hacía gracia… y no estaban los tiempos para andar despreciando cosas.

El queso nos lo repartía el maestro por las mañanas, sobre las diez y media. Recuerdo que venía en enormes latas cilíndricas de metal dorado. Era muy bueno, o al menos a mí me lo parecía, y tenía una textura parecida a los actuales quesitos en porciones. Los más afortunados lo poníamos dentro del bocadillo que llevábamos de casa. Otros sólo se traían el pan de casa. Alguno habría que ni eso.

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6 pensamientos en “017.- La ayuda americana (Queso y Leche)

  1. con 6 añ0s estaba tomando de estos alimentos americanos, donados desde la parroquia de mi pueblo.
    los encontravamos riquisimos.
    ahora me gustaria encontrar

  2. Me acaba de enviar uno de mis hermanos una colaboración para un Libro de nuestra infancia que estoy escribiendo y me habla de esta leche que tomaba en el colegio de Montoro (Córdoba) de la que yo , al ser la más pequeña, no tenía la menor idea. Buscando en Internet, di con este blog.

    Veo que compartimos algunas cosas. Para nosotros S.Fernando fue un referente en nuestra infancia pues de Córdoba o Madrid, posteriormente, llegábamos a S. Fernando en tren y allí nos venían a buscar en una furgoneta (éramos n,ni más ni menos, ocho ) para bajar a Conil de la Frontera donde pasaríamos el verano.

    • Estoy buscando la cartilla de racionamiento de los años 50, cuando los americanos con el plan MARSCHALL donaron, leche , leche en polvo, y queso, era blanca con los pequeños vales con el día escrito desde la derecha hacia bajo y después giraba a hacia la izquierda hasta que terminaba el mes(día 30-31) y recuerdo que había otra de color amarilla para las mantequillas (creo), os agradeceré que copies la fotocopia de las cartillas para la información general, gracias.

  3. Yo tambien me recuerdo la leche en polvo y el queso de lata que la repartia el cura de mi pueblo en la provincial de Granada.

  4. Pues si, lo recuerdo bien, en el año 1955 recuerdo que llegó por etapas, 1º la leche, despues la mantequilla (íbamos a la escuela con un pedazo de pan para untarla) y después el queso, aunque yo ya no llegué al queso porque ya estaba en el instituto y allí no daban. Que años aquellos….
    En cuanto a las bases, si eran conjuntas, aunque eso era en cuanto al uso de las instalaciones -pistas accesos etc- por supuesto nuestros medios comparados con los suyos eran ridículos, y además, cada cual operaba sus aviones por su cuenta. Yo estuve sirviendo en Morón.

    Saludos

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